Descripción
Nuestra vida se basa en buscar un plan y cada paso lleva al siguiente.
Vamos a la escuela para luego estudiar en la universidad.
Realizamos un curso para luego conseguir un trabajo.
Trabajamos para luego irnos de vacaciones.
Un paso siempre lleva al siguiente.
En las primeras etapas de la vida esto es más natural y sencillo de conseguir. Aprender a hablar, luego a escribir, vas a la escuela, de ahí te especializas, entras en el mercado laboral…
… y la teoría nos dice que el siguiente paso es trabajar, trabajar y trabajar para conseguir un salario que nos permita vivir bien (a nosotros mismos y a los nuestros) hasta llegar a la edad de jubilación.
Pero durante toda esa época de trabajo, no hay un plan, no hay un siguiente paso, una evolución
Nuestra vida avanza en piloto automático y vamos de casa al trabajo y viceversa. Buscamos desconectar los fines de semana o en vacaciones y con eso nos contentamos.
Y esto nos pasa a todos.
Cuando me di cuenta de esto… bueno, busqué una forma de cambiar y sentirme cómodo con este cambio.
¿CÓMO ES LA EDUCACIÓN FINANCIERA EN LA ACTUALIDAD?
Desde 2016 he investigado toda la formación existente en inversiones: cursos online, programas universitarios y escuelas de negocio en distintos países del mundo (con el foco puesto en Latinoamérica y los Estados Unidos)
La mayoría de ellos no cumplen con sus objetivos por tres motivos principales:
- Motivo 1 – Contenidos demasiado genéricos
- Siempre digo que nunca enseño algo que no haya hecho por mí mismo. Mi experiencia como inversionista hace que sepa qué se siente cuando una operación no sale como esperaba, los nervios de una nueva oportunidad y saber, de forma muy práctica, qué hacer en cada situación.
- En cambio, la mayoría de formaciones actuales se quedan en un plano muy general, hablan sobre números, sobre economía y sobre tendencias pero, a la hora de la verdad, al salir al mercado real, nunca saber qué hacer.
- Motivo 2 – Descuidar el aspecto psicológico
- La lección más importante que aprendí después de quebrar en 2008 fue saber que las matemáticas, los cálculos y los ingresos no sirven de nada si no hay una mentalidad fuerte detrás.
- De hecho, pienso que la falta de esta mentalidad es la razón por la que la mayoría de inversionistas, después de unos años, pierde gran parte de su dinero. Por eso, al crear una formación inversora, sabía que este aspecto psicológico tenía que ser una de sus bases.